<Es difícil no amar la fotografía… de niña soñaba con el día en que tuviera entre mis manos una de esas cámaras todas grandes: profesionales, y hacer lindas fotos.>
Basta con escribir las palabras fotógrafo, fotógrafa o fotografía –u otras palabras del mismo orden– en los buscadores de facebook o twitter, para darnos cuenta de la increíble cantidad de personas dedicadas a este arte. Como si fueran pasteles, podemos encontrar de todo, de todos los tipos, estatus, niveles de profesionalismo y porque no, pecios. Personalmente, me encanta agregarlos a todos, visitar sus páginas o flickr y llenar mi cabeza de imágenes, a veces maravillosas, a veces desastrosas y otras más predecibles. También me cuestiono sobre el uso o la carencia del photoshop, reconociéndolo casi como si fuera un pecado, totalmente contrario a la magia de la fotografía análoga; y es que cabe aclarar que internet es el reino de la fotografía digital.
Fotografía digital Vs fotografía analógica
La fotografía vino a tiempo para liberar la pintura de toda literatura, de la anécdota, e incluso del tema.
Pablo Picasso
La fotografía cambio para siempre la pintura, después de su amenaza de desaparecerla. Muchos consideran que incluso hoy la pintura podría desaparecer a causa de los nuevos medios, pero como diría Picasso, ella se libero, y añadiría que se reinvento, tomo vida y carácter propio: nunca podrá morir porque cada día es replanteada por el arte contemporáneo, y siempre existirán los amantes de la pintura. Pero la pintura y la fotografía son dos cosas -hoy- claramente diferentes, como lenguajes y técnicas, en cambio, ¿la fotografía digital y la analógica que tan diferentes son?
En las facultades de artes plásticas y visuales aún es posible encontrar clases de fotografía análoga, pero cada día toman más espacio las que se especializan en fotografía digital, pero esta última resulta ser una especie de profundización en fotografía: el paso a seguir luego de aprender cómo usar la cámara análoga, obviando la naturaleza de una y otra. En principio la diferencia entra una y otra, sería obvia y una sola: la digital maneja pixeles (como almacenamiento del fenómeno físico) y la analógica almacena químicamente la información. Pese a lo simple que parece, esta diferencia se refleja en varias características, como la capacidad de ampliación, la de almacenamiento, el contraste y escala de colores, la definición de los bordes, la posibilidad de cambiar opciones de exposición como el ISO en fotos seguidas. No obstante y pese a estas diferencias, lo cierto es que la cámara digital ha tratado de cubrir la mayor cantidad de características que tiene la fotografía analógica en cuanto a la toma, el almacenamiento e incluso el laboratorio, pero aún no podemos decir que tiene cubiertas todas las posibilidades, pero nos da la idea de que si es así.
El pasado 16 de agosto me sorprendí con el artículo escrito por Cesar Saldivar, “¿el fin de la fotografía analógica?”, donde narra cómo cada día es más difícil en Madrid conseguir los insumos para fotografía analógica, es decir, que hoy los comerciantes no invierten en insumos, dando por hecho que se acabo la demanda, que la fotografía analógica no tiene nada que hacer frente a la digital.
“Yo, que solo he encontrado en mi fotografía la vitalidad de lo analógico, y las propiedades irrepetibles del formato 35mm en blanco y negro, no puedo resignarme a la agonía de este movimiento fotográfico. Siento como si yo mismo tuviera los días contados. No puedo pensar en proyectos de futuro porque sigo sin verme a mí mismo en el lenguaje digital.”
Cesar Saldivar http://www.elpais.com/articulo/opinion/fin/fotografia/analogica/elpepuopi/20110816elpepiopi_9/Tes
La fotografía analógica tendrá entonces, que reinventarse, hallar su lenguaje y manifestación única, aunque ya viva en ella –como en su tiempo a causa de la fotografia lo hiciera la pintura-, o resignarse a su desaparición.
Aficionado o profesional – Adiós al mito del Fotógrafo
Al final los vencedores siempre son los que saben salir bien en la fotografía.
Manuel Vicent
Cuando recuerdo la primera red social que conocí –Myspace-, no puedo evitar pensar en las recurrentes imágenes picadas de adolecentes y pre-adolecentes.
Uno de los grandes cambios que nos trajo internet y su iniciativa de globalización, fue la infinita posibilidad de contactar gente, y que mejor que poder “chismosear” algo de la vida de conocidos y extraños en el proceso. Y es que hace algunos años, Myspace -no solo habitado por músicos-, era la más importante red social y en muchos casos la primera que veíamos: nos enseño a contactar personas conocidas y ajenas, pero lo más importante que nos enseño es que es importante tener una buena foto de perfil.
La necesidad de tener una foto de perfil para myspace, twitter y facebook (entre otras) y el decreciente precio de las cámaras digitales, despiertan en muchas personas un inesperado amor por la fotografía, que no solo se traduce en tomar fotos, sino en el ánimo de aprender a posar, saber cuál es el “lado bueno”, en querer verse “perfecto” y en tener muchas buenas imágenes: casi un afán obsesivo por verse “bien” en cada aspecto y momento de la vida. En este sentido las redes sociales nos hicieron olvidar o difuminar más, las distinciones entre lo privado y lo público. La preciada prueba que implica la imagen fotográfica, ya no se reduce a decir o contar que hemos hecho, se trata también de mostrar que tan “bien” podemos estar.
Esta necesidad da paso a nuevos fotógrafos, que además se dedican a tomar fotos para facebook (y otras redes), realizadores de videos y sobre todos muchísimas personas que quieren buenas imágenes y no tienen dinero para contratar fotógrafo, ellas se convierten en “fotógrafos aficionados”.
Las cámaras digitales compactas con opciones manuales, incluyeron el diafragma y el tiempo de exposición en las variables de los “aficionados”, que poco a poco dejan de verse a sí mismos como tales, imitando imágenes y poses de revistas y otras publicaciones. Este proceso termina por darles más que la habilidad para tomarse una foto, desarrollan un sentido de la estética antes imposible de ver en las “fotos de familia”.
La figura del fotógrafo como el experto ha cambiado. Los aficionados dejan de considerarse así, la oferta de cursos de fotografía digital -con gran variedad de precios- aumenta, igual que la cantidad de estudiantes. Las redes sociales cada vez más, se llenan de fotógrafos y en general, la calidad estética de las imágenes de los usuarios son superiores a las que podríamos haber visto hace unos años en los álbumes familiares. Lo que tenemos hoy es la desmitificación de la figura del fotógrafo como una persona con sensibilidad y aptitudes especiales: Casi como de la mano de la cámara analógica, pretende parecer que desaparecerá la figura del fotógrafo talentoso. Lo cierto es que ni la cámara analógica, ni la figura romántica del fotógrafo dejaran de existir, como no dejo de existir la cámara oscura, que se reinvento; siempre sabremos reconocer una verdadera imagen artística, dejando en la gigantesca masa de la mediocridad a la mayoría de fotógrafos de red social.
Los otros
La fotografía, como sabemos, no es algo verdadero. Es una ilusión de la realidad con la cual creamos nuestro propio mundo privado.
Arnold Newman
La imagen en la red es también completamente necesaria para los que de alguna forma necesitan ser vistos y se camuflan como usuarios comunes (vendedores, músicos, escritores), en estos casos, como en el mío la imagen es el gancho.
Ya sean los “otros” o los “reales”, es claro que ambos necesitan ahora más que nunca de la imagen fotográfica, de fotógrafos, de realizadores de video familiares, o del que sea que les dé información para publicar, ya que en algunos casos esta necesidad obsesiva por la imagen y la demostración de la existencia es desesperada e imperiosa.
Ella Escribe
